7 meses

... Ahora que lo pienso, realmente no nos conocíamos.
Eras una sonrisa afable cada mañana (por lo menos de lunes a viernes), y me alegrabas con tu risa aunque de tu brazo andaba otra mujer (amiga mía por desgracia). Por eso todo se volvió secreto, nunca me atreví a insinuar nada, me conformaba con abrazarte en silencio mientras me repetía que no eras para mí ...

La vida, con su extraña manera de actuar, te puso de nuevo en mi camino cuando estaba lejos. En ese momento era yo quien andaba del brazo de un viejo amigo tuyo, mientras tú tratabas de iluminar tu senda con una extraña luz parpadeante. Luego, nos dieron una fuerte patada en el trasero, así que me escapé un fin de semana y nos tomamos un café como si el mundo fuera sólo nuestro, mientras la oscuridad que había en tu mirada me perturbaba y ambos nos sorprendíamos de lo cotidiano que parecía estar juntos.

Lentamente nos fuimos conociendo, compartiendo historias cada noche intentando descubrir si las sospechas eran ciertas, si es que eras tú en quien pensaba y si era yo quien te robaba el sueño.

Recuerdo bien aquella noche de tormenta.

El cielo se hacía pedazos mientras nosotros destrozábamos la cama. No había compromisos, ni ataduras ni promesas, sólo la fantasía de dormir abrazados y sentir por una vez en varios meses que el hueco se llenaba. Lloré en tu pecho esa madrugada, contándote con amargura que había tropezado nuevamente con un amor que nunca me correspondería. Con tus palabras curaste una herida que llevaba mucho tiempo sangrando, aunque nuestra debilidad me hizo caer de nuevo, apartándote de mi vida en lo que fueron los dos meses más tristes que he pasado.

Hay cosas que quizá nunca nos contemos, a veces es mejor cerrar la boca y seguir adelante, pero si algo he de confesarte es que esa decisión fue guiada por mi orgullo herido, que a su vez deseaba cobrar venganza hiriéndote donde más te dolía. Fui muy tonta al pensar que de esa forma me sentiría mejor, pero regresaste a mí justo cuando más te necesitaba, me ayudaste a perdonar los errores del pasado, a entender mis acciones y a darme cuenta de que no había dejado de amarte.

Empezamos al revés, como siempre lo hacemos, pero volviste a conquistarme hasta que justo al mes de reencontrarnos bajé todas mis defensas y te pedí que volviéramos a escribir nuestra historia juntos. El andén del metro, el atardecer nublado, tu rostro iluminado por la alegría y los nervios que me hacían temblar, fueron los ingredientes perfectos para sazonar mis días. Nunca nadie me ha hecho sentir tan única y amada como tú, a nadie he extrañado tanto en tan poco tiempo y nadie ha sido tan importante para mí como tú lo eres. Te has convertido en mi mejor amigo, eres mi alma gemela y quiero compartir mis sueños y cada uno de mis días contigo.

No puedo prometer que esto va a durar para siempre, pero si te prometo que mientras dure tendrás de mí todo el amor que puedo darte, la paciencia que necesitas, un oído atento al cual contarle tus penas y alegrías, y una chica terca y regañona que siempre te dirá "creo en tí, yo sé que puedes lograrlo".
Te amo.
Gracias por cada día que me has regalado.
Felices 7 meses (casi un año, si sumamos los del 2009).

1 comentario:

  1. En realidad serían un año y dos meses si le añadimos el primer round mi amor jeje... Me dejaste sin palabras. Solo se me ocurre algo suficientemente bueno que decir aqui: Te amo...Te amo más de lo que pude imaginar amar a alguien

    ResponderEliminar