Noche sin luciérnagas

Pues, resulta que no puedo estar contigo más,
Diciembre está llamando y ahora me dejo llevar.
Pues resulta que me voy y es por lo pronto
porque aquí acaba mi vuelo junto a ti,
porque no me verás más y
porque resulta preciso que sigamos separados.

Despedirnos es a un tiempo y con nosotros
un asunto indispensable como el que un día nos unió.
Despedir es devolver la libertad y es
retomarme y caminar sin ir a ti,
y es volver a dibujarnos cuando no está la otra parte
que nos hiciera estrellar.

"Si mi amor" me dices si algo te pregunto
pero tú no me amas ya de tiempo atrás,
lo callábamos pensando que el mundo seguía adelante
porque nunca me decidiría a soltar.

Mi vida, que sé que muy bien que puede que la vida
nunca más destelle igual,
pero en tanto habita el tiempo entre nosotros,
y estas horas que lo dicen todo encuentran su lugar,
buscaré un silencio largo más allá de donde el viento
que hoy me lleva, determine la distancia.

Y recordaré las horas a tu lado,
como el sabor que he probado
nunca se llega a olvidar,
y cuando des más de mil mañanas nuevas,
y aún me ronde tu recuerdo algún presente me traerá,
la resignación y olvido de venturas y momentos
que pasado son y que ya no volverán más.
Y te llevaré conmigo y con mis pasos,
y con ello habré de aprender a vivir,
si bien sé que tú lo sabes ya que tanto lo hemos visto,
todo empieza con nosotros donde vamos.

Mi vida, que queriendo como bien te quise yo
quién se viene hoy a marchar.
Pero cierto es que decir "ya no te amo"
prolongó una despedida que emprendiste tiempo atrás,
y con ella me encamino en esta noche sin luciérnagas
que se abre con las llaves de tu nombre.

Fernando Delgadillo.