En la tierra de nadie.

Algún día volveré a mi casa, la que ha sido mi casa desde los seis años.
¿Por qué me fui si tanto la amo?
Buena pregunta ...
A veces me confundo entre mis razones y los hechos, entre los motivos que me llevaron lejos y los sueños medio de juguete en los que me he protegido.
La añoro, tanto como se añora el calor del corazón amado. El recuerdo de mis pasos por sus calles me duele, me hace dudar.
Sí, debo confesarlo, he llegado a dudar si fue lo mejor partir.
Pero, a ciencia cierta, eso tal vez nunca lo sepa. No creo que haya un camino correcto o uno errado, lo que vivimos es lo que hay, el pedazo de pastel que nos tocó y que se ha ido forjando por nuestras decisiones.
Destino si así quieren llamarlo.
Yo decidí estar aquí, poner una fuerte barrera como lo es la distancia, entre las personas y las cosas que he amado toda mi vida, para aprender a vivir con mi conciencia y aprender a pertenecer a un lugar totalmente distinto. Mismo país, diferente panorama.
Sin embargo, creo que siempre me sentiré extranjera en este lugar.
Mientras tanto, voy ideando motivos más fuertes para continuar en esta tierra ajena, para crecer lejos de lo que me hace sentir segura y al final, tener una historia que contar, si no de triunfo, sí de aventura.

P.D. Disculpen la falta de ambición :P

5 comentarios:

  1. No, ni siquiera lo pienses, no te disculpo tu falta de ambición. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Algo que creo haber aprendido con el tiempo es que uno tiene un destino, pero se forja a traves de nuestros actos. El destino no es algo inalterable como la velocidad de la luz o el color del sol, toma formas raras y maneras de expresarse que a veces no entendemos.
    Lo importante es saber que las decisiones que tomamos, ya las tomamos, eso si es inalterable, pero aprendemos a vivir con eso y sacamos lo mejor de toda situación.

    Que estés bien, un beso y un abrazo. Gracias por pasarte.

    ResponderEliminar
  3. El vivir en un mundo que no nos está dado del todo es algo maravilloso y aterrador. Por un lado digo maravilloso porque no existe un camino concreto que seguir, si acaso se esbozará un sendero ante nosotros, marcando los pasos que otros dieron cuando estuvieron en el lugar en que nos encontramos pero no hay nada escrito acerca de lo que nos espera adelante, y eso es lo que a veces vuelve a esta situación aterradora, pues, en este paseo sin destino dentro del bosque al que solemos llamar vida -y del cual no tenemos un mapa- es fácil perderse, y lo que empieza como un hermoso paseo para admirar la naturaleza puede terminar siendo algo catastrófico.

    Un problema muy presente en nosotros es que solemos ver a las cosas y a las vivencias de forma parcial, un día usamos los anteojos optimistas y vemos todo color rosa, otro, los lentes se oscurecen y vemos todo negro, pero son pocas las ocasiones en que nos atrevemos, o mejor dicho en que somos capaces de ver las cosas sin usar anteojos. Cuando logras ver la realidad sin la mediatez de un cristal, quedas maravillado ante los matices que presenta la realidad inalterada, quedas asombrado cuando te das cuenta que aquello que veías rosa un día es exactamente lo mismo que al día siguiente viste de color negro. Pero lo importante es darse cuenta que ninguna de tus dos experiencias anteriores fue auténtica, pues no viste la cosa en sí, sino que viste aquello que de la cosa pasaba el filtro de los cristales de los anteojos.

    En definitiva, es dificil quitarse permanentemente los anteojos, pues parecen protejernos de los implacables rayos del sol que se refleja en todo cuanto toca en este bosque, sin embargo, de lo que no nos damos cuenta es que al protejernos de la luz del sol, dejamos de ver lo que nos rodea tal como es y corremos mayor riesgo de errar al tomar una decisión —seguir adelante, retroceder, girar a la izquierda o a la derecha—. A lo que voy es a que esta vida debe tomarse con seriedad pero no demasiado en serio. No debe importarnos a dónde llegar, sino disfrutar este paseo en el que sólo nosotros tomamos la decisión de hacia dónde dar el próximo paso, sabiendo que, si nos atrevemos a echar un vistazo sin la aparente protección que nos ofrecen los anteojos, tomar dicha decisión será inmensamente más fácil.

    Y sobre todo, nunca te olvides que te quiero mucho, y que aquí estaré siempre para platicar sobre nuestras experiencias en el paseo del bosque al que solemos llamar vida.

    Con cariño:
    Tu P-Chan :)

    ResponderEliminar
  4. Las fotografís y la memoria sólo son imagenes que aparecen como más añorables. No importa donde estamos, sino cómo.

    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias por sus comentarios :)

    ResponderEliminar